domingo, 6 de noviembre de 2011

Sunshine.... Boogie! Uooh!

Saludos pequeños miserables!

Tengo el cuello como una piedra pómez y un el empeine más hinchado que la patata caliente del Grand Prix. ¿Deducís el por qué? ¡Si señor! ¡El concierto de los Mojinos Escozios! Bien, vamos por partes.

Llovía, y con eso tenemos un punto en desventaja para mi pelo planchado. Menos mal que el coche no es un descapotable que si no... Bien, dejando a un lado los chaparrones, llegamos al sitio ¡al fin! Cinco minutos más en el coche y echo la pota más grande de mi vida. Yo pensaba: "Madre mía... a saber la de gente que habrá ya en la cola" Cuando de repende ¡Chancháaaaan! Nadie. Es que ni la puerta estaba abierta. Y segundos más tarde, lluvia de nuevo.

Las puertas las abrieron a las diez y cuando entré, pensé que me había equivocado de sitio y que estaba metida en un burdel francés porque el sitio estaba lleno de zonas con asientos y butacas VIP (Very Important People/Person) barras a ambos lados y un mini escenario donde la batería del Puto ocupaba la mitad. Vale, eran las diez y el concierto comenzó a las once. La muerte en definitiva.

Cuando salieron, vi al Sevilla gigante, monstruoso... supongo que por la impresión de tenerlo a dos metros porque luego, cuando me acostumbré, me parecía el hombre más normal del mundo. Eso sí, las pintas únicas e incomparables. Con sus mayas de cuero con rejilla, sus botines con taconazo de cuña y esa capa que parecía salida de un local de streaptease, era un verdadero rock star, rock machine y rock king. En definitiva, chachi.

Pero debo reconocer, que en lo que más me fijaba era en el Zipi, al cual tenía justo enfrente. Con su caliqueño, su falda de cuero a lo Axl Rose Escozio y esas greñas... me convertí en fan suya. Encima toca genial el condenao y cierra los ojillos cada vez que canta.

Si tuviera que ponerle quejas concretas a algo del concierto, y eso lo digo con respeto pero con crítica, sería la gentuza que no sabe disfrutar de la buena música y, en consecuencia, no dejan disfrutar al resto. Me refiero a los borrachos calvos con perilla a lo Dimebag Darrell que se ponen a hacer olla en una sala que es como mi comedor. Y a los niñatos de trece años que en vez de disfrutar del concierto se pasan las dos horas mirando para atrás para que su mami no los abandone. Niño, si te quisiera abandonar ya lo habría hecho, tenlo claro.

Segunda y última cosa que me pareció patética: el final. Normalmente suelen ser espectaculares, pero este fue más bien chapucero y aburridillo. Improvisado sería la palabra, improvisado y chapucero. Terminar con "No vales pa'ná'" que ya la habían cantado cinco veces en todo el concierto nos dejó a la extensa mayoría con una Poker Face Senior.

Pero bueno, como dice la Jessie J esa: Nobody's Perfect. (I'am Nobody) Eh, si eso me lo he inventado yo. A la vuelta solo pensaba en una cosa: Cama. Y eso es en lo que estoy pensando ahora mismo, pequeños miserables. En tumbarme en la cama de mis padres a ver los EMA de este año. A ver qué tal... Si no está Green Day, no valdrá mucho la pena.

Consejo del día: No os pintéis las uñas con pintura de pared que luego hueles a reforma sorpresa.

Live Long and Prospere!

S.O.T.D. Careless Whisper - Seether

Bye-Bee!




hisbeautifulgreeneyes.blogspot.com

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